Mi historia

A veces pienso en lo impersonal que se siente apoyar un proyecto cuando no sabes quién está detrás. Sus historias, sus valores, sus pasiones. Casa Lefay es profundamente personal para mí: es arte que nace desde lo más íntimo de mi alma, y quiero que sepas quién soy.

Así que hola, aquí te cuento un poco de mí...

Desde muy pequeña encontré refugio en los libros. Leía y escribía como si cada palabra fuera una llave secreta para explorar otros mundos, y también el mío. Pasaba horas inventando historias, creando mis propios cuadernos y llenándolos de dibujos que parecían abrir puertas invisibles.

El arte siempre estuvo cerca, pero fue en la universidad, durante mi maestría en Crítica de Arte, cuando descubrí algo esencial: lo que realmente me conmovía no era analizar obras, sino sentir cómo el arte podía tocarnos y transformarnos desde dentro. Fue ahí cuando volví a los pinceles con otro propósito, más profundo.

 

 

Con el tiempo entendí que necesitaba ir todavía más lejos. Decidí comenzar el estudio de la cábala, porque intuía que en sus enseñanzas podía encontrar claves para comprender la esencia de mi alma. Y así fue. Ese camino abrió una nueva mirada, y desde entonces pinto y creo con la intención de transmitir ese conocimiento ancestral a través de mis obras y de cada journal que diseño.

 

                        

Claro que no todo fue lineal. Hubo momentos en los que me alejé de la pintura, en los que sentí dudas y hasta la tentación de dejar de crear. Pero siempre, de una forma u otra, el arte volvió a buscarme. Como si me recordara que era mi verdadero lugar.

Hoy, con Casa Lefay, sigo el mismo llamado que escuchaba de niña: el de crear puentes hacia lo invisible. Mis cuadernos, mis pinturas, no son respuestas terminadas, sino invitaciones. Pequeños recordatorios de que todo lo que buscamos afuera ya está, silencioso, dentro de nosotras.

 

Gracias por estar aquí.

 

                               

 

 

Moneda